El uso de la palabra «leyenda» en el título y el escenario de estilo occidental en el interior de Australia muestran la influencia de clásicos como «Fort Apache», «Rio Bravo» y «The Searchers». Al igual que esas películas, hay un tono mítico en la historia de la lucha de los colonos indómitos en un desierto indómito. Escuchamos a un oficial militar británico asignado para poner orden en el área advertido por su esposa: “Mientras cazas salvajes en esta tierra, por favor no te conviertas en uno”. Como eso sugiere, esta película aborda de manera más crítica los temas de masculinidad, colonialismo, injusticia y abuso que sus predecesores de mediados de siglo. La esposa del oficial militar, una nítida pero simpática Jessica De Gouw como Louisa Klintoff, es lo más cercano que tenemos a una representante de la visión del cineasta y, ella espera, de la nuestra. Tejiendo hábilmente temas de raza, género, abuso e injusticia histórica mientras hace que cada personaje sea auténticamente humano, la película nos llama a considerar la fuerza humana y el costo humano de la historia.
Molly vive en una cabaña remota con sus hijos. Su esposo se ha ido durante meses como «pajero», trasladando ganado de un área a otra. Purcell permite sabiamente que los primeros planos de su propio rostro transmitan más que cualquier acción o diálogo sobre quién es Molly, qué es lo que más le importa y qué la convirtió en la persona cuya expresión muestra la lucha entre la preocupación constante y la determinación resuelta. Primero vemos a Molly apuntando su arma a un intruso, como lo hace repetidamente a lo largo de la historia. Tiene motivos para sospechar que cualquiera que se acerque a su propiedad pretende quitarle algo a ella ya sus hijos. Su única opción es apuntar primero y rápido. “Te dispararé donde estés y te enterraré donde caigas”, amenaza a un intruso.
En ese primer encuentro, sin embargo, es ella quien toma. Un toro ha vagado por su camino. Ella lo dispara entre los ojos sin dudar en preparar la cena para sus hijos. Los siguientes en pasar, atraídos por el aroma de la carne, son los Klintoff, Louisa y su esposo, Nate (Sam Reid), recién llegados de Londres y un poco aturdidos por la inmensidad de Australia. Convencen a Molly de que no quieren hacer daño y ella les permite quedarse. Mientras conversan, ella decide confiarles la tarea de llevar a sus hijos al pueblo a comprar provisiones. Y hay otra razón; ella está a punto de dar a luz, y es mejor que no estén allí.