Un viejo armero fabricó a mano un rifle liviano de aspecto extraño con silenciador, mira de francotirador y balas explosivas. Un falsificador proporciona documentos de identidad franceses y una licencia de conducir (y llega a un final inesperado). Y luego el chacal entra en Francia.
Mientras tanto, el gobierno ha recibido información de que se está atentando contra la vida de De Gaulle. El general insiste absolutamente en que no hará ningún cambio en su horario público y que cualquier intento de evitar un asesinato debe hacerse en secreto. La policía francesa está cooperando «extraoficialmente» con las principales fuerzas policiales de otros países para intentar una aprehensión. Pero ni siquiera saben quién es el chacal.
¿Cómo pueden detenerlo? La película ofrece un relato fascinante del trabajo de investigación policial, que combina la intuición y la verificación exhaustiva. Pero el chacal también es inteligente, especialmente cuando está acorralado. Algunos de los mejores momentos de la película se producen después de que se descubre la falsa identidad del chacal y se distribuyen sus placas y descripción. Sigue corriendo, y sigue siendo convincente; no es una película sobre un asesino afortunado, sino sobre una película de inteligencia y nervio inusuales.
Edward Fox, que interpreta al chacal, es excelente. La película no ofrece muchas oportunidades para una caracterización profunda, pero proyecta un personaje de lo más convincente. Es encantador, impecablemente arreglado, dotado de una risa fácil y despiadada con indiferencia. Matará si hay la más mínima necesidad. La actuación de Fox es, por supuesto, crucial para la película, y la forma en que la dirige es impresionante.
Los otros en el caso son uniformemente excelentes, particularmente Tony Britton como un inspector de policía preocupado y Cyril Cusack, en una pequeña viñeta, como un armero. Los valores técnicos de la película (como siempre ocurre con una película de Zinnemann) son irreprochables. La película se rodó a un gran costo en toda Europa, principalmente en exteriores, y así parece. Una producción de esta escala debe sonar absolutamente convincente y Zinnemann ha dominado cada detalle, incluido el casting de un perfecto parecido a De Gaulle.
«Le Jour du Chacal» dura dos horas y media y parece terminar en unos quince minutos. Hay palabras que duda en usar en una reseña porque suenan mucho a copia comercial, pero en este caso puedo decir honestamente que la película es fascinante.