La palabra «alcohólico» nunca se usa en la casa, aunque Kelly Ryan es una alcohólica clásica. Cuando el párroco viene a dar un consejo, es para aconsejarle a Evelyn que se someta, reza y apoye a su marido; cuando se va, uno de los niños observa que el aliento del cura «huele exactamente como el de papá».
Hay una batalla en curso con el lechero por la factura semanal. Están a horas de roaming cuando el premio de un concurso les permite hacer el pago inicial de una casa. Los deberes continúan alrededor de la mesa del comedor mientras Kelly, en la cocina, oscila entre la amargura y las lágrimas; se siente avergonzado porque su esposa apoya a la familia con su ayuda, y se lamenta o llora o se enoja. Por supuesto, si dejaba de beber y se iba a AA, podría retrasar el fin de su matrimonio, pero eso no se le ocurre como una posibilidad.
«Hasta ahora, tres de mis polluelos han encontrado sus nidos, y estoy muy orgullosa de ellos», nos dice Evelyn en la narración en un momento. “Aquí es donde fueron mis oraciones. Ahí es donde fueron todos. Es la repetición, el uso de la palabra «todo» lo que lleva el mensaje. No oró por ella ni por su esposo. Ella solo tiene una ambición: ir a Goshen, India, para una reunión de un «Club de Concursos» convocada por otra candidata (Laura Dern), que es corresponsal.
La película está basada en las memorias de Terry («Tuff») Ryan, uno de los dos niños que se convirtieron en escritores. Los otros niños también se portaron bien. La película termina con uno de esos momentos que te cega con una inesperada ola de emoción. Pero en su mayor parte, «Prize Winner», escrito y dirigido por Jane Anderson, evita los sentimientos obvios y las emociones predecibles y muestra a esta mujer de alguna manera manteniéndolo unido año tras año, participando en concursos extravagantes que significan para su familia. Vida o muerte.
Este es el primer largometraje de Anderson como director, después de trabajar en televisión. Como escritora, fue responsable de «Las aventuras positivas de la supuesta madre porrista-asesina de Texas» (1993), protagonizada por Holly Hunter en uno de los tesoros perdidos entre las películas recientes realizadas para televisión. Le fascinan las madres llevadas al extremo por el problema de tener toda la responsabilidad y nada del poder.