Al darse cuenta de sus celos compartidos y no de su incapacidad para seguir adelante, inventan un plan: arruinarán las nuevas relaciones de sus parejas para poder volver con ellas. Conseguirá que el nuevo novio de Anne y profesor de teatro, Logan (Manny Jacinto), engañe a Emma ofreciéndose como voluntario para su obra escolar, y Peter se meterá en la cabeza de Noah para romper con su nueva novia, Ginny (Clark Backo), convirtiéndose en el mejor amigo de Noah. No tendrán que mirar a sus respectivos ex blandiendo su feliz relación en Instagram, y no tendrán que preocuparse por la desalentadora idea de encontrar una nueva persona. No tendrán que enfrentarse a la razón por la que rompieron.
Es un esquema absurdo, tan vívido en su engaño y desesperación, y es una gran puesta en escena para el tipo de comedia romántica destinada a acompañarse con una pinta de helado. Pero la película del director Jason Orley no aprovecha el amplio espacio que tiene el género; es casi como si la película tuviera miedo de oscurecerse con su concepto de ruptura, a pesar de que el dolor y la negación en los que se basa son tan ciertos. La amistad que se desarrolla entre Peter y el perfectamente amable Noah no es especialmente encantadora, y el cortejo que Emma intenta lanzar a Logan, bajo la atenta mirada de Anne, se siente más forzado que su diseño. “I Want You Back” toma una forma más barata de salir de su conspiración, al no permitir que estos objetivos desprevenidos tengan mucho de sus propias personalidades, minimizando las actuaciones de sus intrigantes juntos. Todo para que realmente no cuestionemos si Emma y Peter están siendo malas personas, o si enfrentamos de frente la manipulación de su trama.
«I Want You Back» dura casi dos horas, pero no tiene suficiente impulso cómico para justificar ese tiempo de ejecución. Muchas escenas de este guión de Elizabeth Berger e Isaac Aptaker se desarrollan como escenarios que necesitan un empujón, ya sean bromas sobre que Peter está fuera de forma o la extraña ubicación de Emma como voluntaria para la obra de la escuela. Y es un gran giro de los ojos cuando la película bromea sobre cómo los sueños artísticos de Logan lo han convertido en un director pretencioso para niños de 12 años, uno de los muchos objetivos fáciles.