Su película comienza de manera simple, feliz, de hecho: Wuhan, China, celebra el Año Nuevo. Multitudes de vítores llenan las calles. Sus globos de celebración flotan en el vasto cañón de neón del horizonte moderno. Al día siguiente, el presidente Xi Jinping conmemora la «sociedad próspera» del país. Ese mismo día, un boletín transmite información diaria: “Ocho personas fueron castigadas por difundir rumores de neumonía desconocida. Los informes aparentemente menores, como sabemos ahora, asumirán una mayor importancia. Y desde el punto de vista de agosto de 2021, es imposible mirar a la multitud, desenmascarada, disfrutando de sus últimas horas de normalidad sin una extraña mezcla de melancolía y pavor.
Desde su estreno en Sundance 2021 en enero, cuando el desarrollo de la vacuna generó nuevas esperanzas, el ciclo interminable de errores cometidos por quienes luchan contra la variante Delta solo ha agregado nuevos contornos al arduo trabajo de Wang. Al igual que en «One Child Nation», la directora chino-estadounidense atribuye un objetivo personal a sus estudios. Wang y su hijo de dos años estaban visitando a su madre en China para el Año Nuevo. La conciencia pública sobre el virus en ese momento era cero. Al regresar a los Estados Unidos por negocios, Wuhan fue detenido, sorprendiendo a Wang, quien dejó a su hijo con su madre en China. Aunque eventualmente llevaría a su hijo de regreso a Estados Unidos, el evento impulsó su instinto de búsqueda de la verdad.
En esencia, la película de Wang trata sobre cómo los gobiernos consolidan un mayor poder creando narrativas a partir de la tragedia. Ella comienza analizando las acciones de China, cómo los medios estatales han dado forma a la historia para restar importancia a la seriedad del problema al tiempo que venden un mensaje de positividad a favor del régimen. En una secuencia sorprendente, una serie de presentadores de noticias de Brady Bunch repiten, palabra por palabra, el mismo informe: «No hay evidencia de transmisión de persona a persona». Wang también llama la atención sobre el flujo constante de documentales positivos, con títulos de Hallmark como «Life Matters», «Fighting Covid-19» y «Chinese Doctors – Angels in White», que han proliferado en las ondas de radio chinas. En el mejor de los casos, traduce las siniestras intenciones que burbujean bajo patrones sospechosos para descubrir las maquinaciones empleadas por los regímenes manipuladores.