Reseña cinematográfica y resumen de Snowman’s Land (2012)

Walter y Mickey, que tienen apariencias austeras, Laurel y Hardy ignorantes, llegan al edificio después de una lucha increíble por la nieve y lo encuentran vacío. Luego aparece Sybille (Eva-Katrin Hermann), la esposa de Berger. Ella les dice que todo el lugar está prohibido, excepto la sala de estar, la cocina y sus dormitorios. Luego se va de compras.

Naturalmente, exploran y encuentran una piscina y un laboratorio de drogas de potencia industrial. Sybille regresa después de tres días, presumiendo de una increíble orgía alimentada por una de sus drogas de diseño. Mickey desliza una de las píldoras en su vaso, toma una él mismo y se involucran en un encuentro sexual olímpico en el que parece alarmante que alguien salga lastimado.

¿Qué tan gracioso suena eso? Creo que «Snowman’s Land» está destinada a ser una comedia inexpresiva, con Walter y Mickey recogiendo algunos aspectos de los personajes interpretados por Steve Buscemi y Peter Stormare en «Fargo». Desafortunadamente, el escritor y director alemán Tomasz Thomson se desempeña mejor en composición visual que en ímpetu narrativo; las posibles secuencias de comedia negra están demasiado extendidas para beneficiarse del tiempo.

Sin embargo, a su manera fría y distante, «Snowman’s Land» ha conservado cierto interés en mí. Las actuaciones son atractivas por su estupidez, y la trama involucra una hermosa confusión de cuerpos perdidos y motivaciones equivocadas, especialmente después de que Berger aparece con su despiadado guardaespaldas ruso y parece que Sybille se ha ido.

Al principio, Berger asume que «la perra se ha ido a otra orgía con sus amigos artísticos», y advierte a sus empleados que estén más atentos a los habitantes consanguíneos y degenerados que imagina vagando por el bosque, tramando carnicería y robo contra él. Dónde viven estos habitantes e incluso si existen es una buena pregunta, aunque es posible que hayamos visto a uno escabulléndose entre los árboles.

Luego, la película nos somete a una variedad de torturas y traiciones, y Walter y Mickey desearían nunca haberse acercado a este edificio vacío abandonado y a su sádico propietario. Puedo ver lo que está haciendo Thomson e incluso disfrutarlo a veces; la película no es aburrida, pero se enrolla y pierde el hilo de la trama. Cualquier sentimiento que tengamos por los personajes se atenúa porque todos merecen morir el uno por el otro.

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