Que de Series Peliculas Reseña de Drácula (1992) de Bram Stoker

Reseña de Drácula (1992) de Bram Stoker

De vuelta en Londres, nos encontramos con otros directores, incluido el intrépido cazador de vampiros, el profesor Abraham Van Helsing (Anthony Hopkins) y Lucy Westenra (Sadie Frost), un espíritu libre que tiene tres pretendientes y es la mejor amiga de Mina. Cuando Drácula aparece en la ciudad, la antena de Van Helsing comienza a temblar. Y la película se sumerge en una orgía de decadencia visual, en la que lo que hace la gente no se degrada tanto como su apariencia mientras lo hace.

Coppola escenifica a fondo y los actores actúan como si temieran no ser audibles en las otras salas del multicines. Los decorados son disturbios de la gran ópera: un espectáculo gótico intercalado con el Londres victoriano con lámparas de gas y calles brumosas, bribones con sombreros de copa y chicas malas con corpiños. Keanu Reeves, como un joven serio del futuro, apenas sabe a qué se enfrenta con el Conde Drácula, y nosotros tampoco, ya que Drácula cambia felizmente de forma: de un antiguo naufragio a un joven presentable a un gato y un murciélago y un Lobo.

Las películas de vampiros, que van en contra de toda lógica científica, siempre están cargadas de pseudociencia. Hopkins da conferencias de manera experta sobre nosferatu, pero él mismo parece capaz de teletransportarse y otros trucos que no se encuentran en los libros de física. Y el personaje de Ryder cae bajo el terrible hechizo de la necesidad del vampiro. Muchas mujeres se sienten halagadas cuando un hombre dice que las ha esperado toda su vida. Pero, ¿y si ha estado esperando durante cuatro siglos? Lo único que le falta a la película es el cuerpo y el alma de energía narrativa y coherencia. No hay historia que podamos seguir lo suficientemente bien como para que nos importe.

Hay una línea de tiempo de eventos, ya que los personajes viajan de Londres a Transilvania y terminan en cámaras y cementerios. Pero Coppola parece más preocupada por el espectáculo y los escenarios que por la narración; la película es particularmente lírica en la forma en que prefiere los clímax a la continuidad.

Enfrentado a confusiones narrativas y callejones sin salida (¿por qué Drácula quiere comprar estas propiedades de Londres en lugares tan específicos?), Disfruté la película simplemente por cómo se ve y se siente. Los decoradores Dante Ferreti y Thomas Sanders se han superado a sí mismos. El director de fotografía Michael Ballhaus entra en la mente de manera tan completa que siempre parece iluminarse con sombras.

Oldman, Ryder y Hopkins jadean de impaciencia. La película es un ejercicio en exceso febril, y por eso, si no por poco más, la disfruté.

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