Cléo (Corinne Marchand) es una joven cantante de pop de rostro fresco y alegre que aún no ha alcanzado mucha fama, aunque tiene algunas canciones en la radio y en las gramolas. Deambulando por un café, toca una de sus canciones y pasamos el cursor sobre una mujer que se queja con su compañera de mesa por el «ruido». No sé si Cléo escucha eso, incluso si lo hace. Una de las características de la película es notar las conversaciones informales de otros parisinos que tienen lugar cerca de Cléo mientras pasa su tiempo. En otro café, dos amantes se separan, por ejemplo.
Hay algo psicológicamente correcto en esto. Cuando temes que tu muerte esté cerca, te das cuenta de los demás de una manera nueva. Sí, piensas en los demás, piensas que tu vida va de una manera alegre, pero piensa en mí, debo morir. La conciencia de Cléo de esto profundiza una película que, por cierto, trata sobre todo de hechos triviales.
Comienza a las 5 p.m., por ejemplo, visitando un lector de tarot. Las tarjetas se ven en color en una película de otro modo en blanco y negro. No somos lectores de Tarot, pero nos parecen alarmantes. El Colgado y la Muerte hacen sus inquietantes apariciones, y el lector de Tarot asegura a Cleo, como siempre lo hacen estos lectores, que las cartas «pueden significar muchas cosas». Más tarde, cuando Cleo pide que le lean la palma de su mano, el lector la mira y dice: “Yo no leo las palmas”. No es buena seńal. Cléo parece una mujer lo suficientemente superficial como para que estos presagios la depriman.
Deambulando por París acompañada de su criada, se detiene en una sombrerería y se prueba muchos sombreros que se reflejan en ella en innumerables espejos. ¿Qué look adoptará por el momento? Es un día de verano y, sin embargo, elige un sombrero de piel negro, que corona su cabeza como advertencia de tormenta.
Cleo y la criada regresan a su apartamento, que contiene un piano, una cama, dos gatitos que discuten y mucho espacio vacío. Ella ocupa el lecho a modo de trono y recibe a su amante (José Luis de Vilallonga) en una escena que para ambos es claramente más una ceremonia que una pasión. ¿Conoce a su amante entre 5 y 7 años? Muy bien, se comportarán como se esperaba. También está presente Bob, su pianista de ensayo, interpretado por Michel Legrand, compositor de la película.