De las escenas iniciales de la película, está claro que el espectador se encuentra en un mundo de bajo presupuesto. La decoración es un laboratorio, nunca se sabe el lugar ni el año, donde se está llevando a cabo un ambicioso experimento científico. Después de días de arduo trabajo, los tres científicos involucrados tienen los nervios tensos y la persistencia de la cafeína. Pero lo que está en juego es enorme: el cerebro del proyecto Jim (Chad McKnight) y sus asociados Matty (Scott Poythress) y Chuck (AJ Bowen) están tratando de abrir un agujero de gusano en el continuo espacio-tiempo y enviar algo allí, demostrando la viabilidad del viaje en el tiempo. . .
El montaje del laboratorio aquí parece haber costado unos pocos miles de dólares, con un uso intensivo de lonas de plástico transparente y máquinas que roncan con perillas y diales que parecen datar de la década de 1980. Pero Gentry es lo suficientemente inteligente como para no disfrazarse o disculparse por su medios técnicos a nivel de Ed Wood. Con una convicción admirable, se centra en contar la historia, mostrando la experiencia de Jim produciendo resultados rápidamente: una dalia prístina (más un punto de referencia negro que un punto de referencia de ciencia ficción, por supuesto) atraviesa este agujero de gusano, llevando a la humanidad a una nueva frontera científica .
Las complicaciones surgen de inmediato, naturalmente. Los esfuerzos de Jim están financiados por Klaus (un fuerte cambio de Michael Ironside), un empresario dominante y súper rico cuyos motivos no son altruistas en absoluto, por decir lo menos. Pero un desconcierto que, curiosamente, parece provenir directamente de la experiencia misma toma la forma atractiva de Abby (Brianne Davis), que aparece justo después de que Jim sale del laboratorio y parece que ya lo conoce.
No hay nada significativo en señalar que el paso de la película de los actos uno a dos implica que Jim atraviese el agujero de gusano, con el resultado de que pronto habrá dos Jims, uno de una semana antes y actual. Entonces, lo que se configura como una historia de viaje en el tiempo es menos que, nunca visitamos el pasado o el futuro distante, que es una historia similar, aunque la esencia aquí es especulativa-científica, en lugar de psicológica-simbólica.