“Residue” cuestiona estas ideas en estos flashbacks de la infancia donde Jay y su amigo de la infancia, Demetrius, deambulan por las calles hasta que “se encienden las luces de la calle” y tienen que tener el trasero en casa. El joven Jay y Demetrius son bien interpretados por el no actor Gerima elegido del mismo lugar en Q Street que lo nutrió, lo que solo se suma a la naturaleza personal de su película. El adulto Jay es inflexible sobre el paradero de Demetrius, pero nadie interviene excepto para mencionar que se ha mudado a puntos desconocidos, tal como lo había hecho Jay. Cuando el joven Jay se mudó a otra parte de la misma ciudad, sus amigos le dijeron que ese era el caso si se había mudado a otro país; por este razonamiento, dejarlo DC debió sentirse como si hubiera ido a Marte.
Disfruté de la naturaleza potencialmente abierta de la historia de Demetrius, pero en general no funcionó tan bien para mí como conocer a Jay y otro personaje que le escribió muchas cartas a Jay, a la que Jay no respondió. Nuevamente, me refiero a las imágenes de este metraje y cómo y dónde se lleva a cabo. Estos momentos entre Dion (Jamal Graham) y Jay existen simultáneamente en el mundo real y en lo que quizás sea la versión con guión de Jay. De cualquier manera, la expresión de afecto entre estos dos hombres negros fue tan hermosamente catártica que se me quedó grabada mucho después de que terminara la película.
“Residue” fue estrenada por el colectivo independiente ARRAY de Ava DuVernay, que se especializa en películas personales como esta. Ya sean brillantes, horribles, mediocres o algo intermedio, películas como estas no solo son importantes, son necesarias. Problemas de representación; todo el mundo tiene una historia que contar y muy pocos de nosotros tenemos la oportunidad de contarla. Aquí hay más historias como esta.
Ahora disponible en cines seleccionados y en Netflix.