El enfoque preciso de Chandor sobre el conflicto y el drama se ve reforzado con cada nuevo desafío por su dominio técnico y dedicación formal, respaldado por una actuación de la valentía de Redford, que muestra el tipo de rectitud apasionada y sensible que se espera de una persona lista para cruzar océanos en su propio. «All is Lost» es una reafirmación de que Robert Redford es uno de los mejores actores del cine y una afirmación de que Chandor es uno de sus talentos más prometedores. Y eso dejó a este crítico, cuya animosidad hacia «Margin Call» lo había inspirado a llamar a Chandor flash-in-the-pan, completamente humillado.
La película comienza con una voz en off en la que el personaje de Redford, apodado Our Man en los créditos finales, escribe una carta de disculpa a un destinatario desconocido. ¿Esta nota está destinada a un ser querido, a un alma cualquiera que de alguna manera podría descubrirla, o a Dios? Nunca se especifica. Lo extraordinario es que esta pregunta también es completamente innecesaria. Uno de los juicios creativos más importantes de «All Is Lost» es su falta de historia. Aquí no hay escenas de momentos contrastantes de paz en la tierra donde Nuestro Hombre era el señor de todo lo que veía, ni historias a medias sobre un desafortunado accidente en el patio de recreo (te estoy mirando, «Gravity»).
Un flashback de ocho días muestra el origen de los problemas de Our Man, cuando descubre que un contenedor marítimo flotante se estrelló contra su velero, provocando una gran herida en el costado de la embarcación. Al principio, el personaje de Redford no parece demasiado incómodo con este percance, pero su estoicismo pronto se pone a prueba cuando un aluvión de tormentas formidables demuestra el adagio de que el mar es, de hecho, un amante duro.
Decir más sobre la trama estropearía la alegría de ver este magnífico trabajo (de hecho, también deberías saltarte el tráiler si aún no lo has visto). JC Chandor y Robert Redford han colaborado para crear un clásico moderno, un cuento de supervivencia que respeta no solo su singularidad y obstáculos naturales, sino también al espectador. Chandor juega con los puntos fuertes de Redford: su rostro magullado, su tranquila determinación y su desapego de los caprichos de una existencia «normal». A cambio, Redford da el desempeño de la segunda mitad de su carrera en un rol que no solo es físicamente, sino también psicológicamente exigente. Ambos cuentan con la ayuda del notable trabajo del director de fotografía de la película, Frank G. DeMarco, quien logra crear una dicotomía palpable entre la inmensidad del océano y las estrechas cubiertas inferiores del barco; así como la partitura de Alex Ebert, que se usa con moderación para lograr un efecto agradable.
El minimalismo de «All is Lost» hace que sea propicio para ser interpretado como una brutal alegoría de la vida. Por un lado, su final será objeto de debate en los próximos años, ya que supone un atrevido cambio de rumbo tanto formal como temáticamente. No obstante, sería una verdadera lástima que el discurso se centrara en el final, porque es toda la película la que es una verdadera obra de genio. Aquí hay una obra formidable cuyo verdadero padre espiritual es «Ulises» de Tennyson. Si. «Todo está perdido» es bueno.