Ambos están solos, ambos buscando compañía. Alfredo tiene 78 años. Elsa dice que tiene 77 años. ¿Puedes creer todo lo que dice? En su pared hay una fotografía de Ekberg en la gran escena de Fellini. Cuando era joven, Elsa le dice a Fred, era cantante de Ekberg, a menudo confundida con ella. Ahora ya no es joven, pero comienza a tomar la belleza en los ojos de su nuevo admirador, y provisionalmente comienzan un romance.
La estructura de la película, dirigida por Marcos Carnevale de Argentina, está predeterminada. Coquetearán, se acercarán, escupirán, maquillarán, se acercarán aún más y luego el tiempo inexorablemente exigirá algún tipo de peaje. Todas estas cosas salen según lo planeado, aunque ambos actores les dan un atractivo agridulce. Las subtramas que involucran una transacción comercial y antiguos secretos del pasado son muy interesantes. Más entretenidas son las acrobacias como la forma en que manejan la factura en un restaurante caro.
Advertencia de spoiler: Pero lo que realmente me gusta es el último acto de la película, cuando Alfredo hace realidad el sueño de Elsa. La lleva a Roma para la primera visita de su vida, y después de ver todos los otros sitios, de hecho vadean la Fontana de Trevi al amanecer, en una escena fotografiada para recordarnos vívidamente el original de Fellini. Esta escena me fascina. Es cierto que Elsa ya no se parece a Ekberg, si es que alguna vez lo hizo. Pero en su mente, sí, y el viejo Alfredo se parece al joven Marcello, y ninguno de los dos parece como queremos, pero todos podemos soñar.
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