Dominique es un hombre que parece haber alcanzado el heroísmo porque era la única opción para un hombre de su naturaleza. Su educación universitaria fue en agricultura (lo que explica el título de la película), y primero chocó con la camarilla gobernante a través de sus esfuerzos de reforma agraria. Se interesó por las artes, fundó un club de cine en Puerto Príncipe y fue clausurado por el dictador «Papa Doc» Duvalier después de haber proyectado «Nuit et brouillard» de Alain Resnais. Era una película sobre la maldad del nazismo; Es fácil imaginar por qué Papa Doc encontró esto inaceptable.
Al principio pareció que el sacerdote rebelde Aristide podría forzar un cambio en el destino de su nación, pero pronto él también empleó las tácticas de aquellos a quienes reemplazó. Hay una secuencia en la película en la que Dominique entrevista a Aristide y lo desafía con preguntas puntiagudas. El presidente responde con clips de sonido mesurados que repiten las mismas tonterías una y otra vez, como si no pudiera comprender el significado real de las preguntas que se le plantean.
Dominique y Montas son personas alegres y enérgicas, saltando cada día con tal celo que a veces parecen olvidar los riesgos que están tomando. Su problema en Haití es que al hablar honestamente con la gente común en su propio idioma, están ofendiendo no solo a sus enemigos obvios, sino incluso a aquellos que no saben que han creado. Una nación construida sobre mentiras no puede tolerar la verdad incluso cuando está de acuerdo con ella.
Radio Haití-Inter ha sido asediada más de una vez, y la cámara de Demme no pasa por alto los agujeros de bala en las paredes exteriores. La estación parece funcionar de manera informal, como una mezcla de música, chismes, noticias locales y opiniones políticas; en tiempos de crisis, dominique permanece en el aire todo el tiempo que puede, hasta que se apaga el suministro eléctrico o el gobierno lo apaga.
Son una pareja que podría haber llevado la buena vida en Haití. Con la tez clara del establecimiento haitiano de habla francesa, con una educación y algo de riqueza, podrían haber seguido a la élite gobernante y ganar una pequeña fortuna con su radio u otros negocios. Lo que nos fascina es la incapacidad de Dominique para hacerlo. Está lo suficientemente conectado como para saber qué está mal, y tiene los principios suficientes para ignorarlo.