«Bullshot Crummond» trata sobre un personaje que afecta a muchos aspectos externos del Drummond original, pero que es increíblemente engreído y cuyos arrebatos de genio (como confundir a un pulpo asesino imitando el sonido de una ballena que se acerca) se ven ensombrecidos por su constante estupidez ( sin darse cuenta de que el archi-villano Otto von Bruno escucha todos sus planes).
Si has visto las películas de Bulldog Drummond en la última serie, muchas pueden ser acordes. Mi idea, sin embargo, es que muchos de los chistes de esta película volarán más allá de la mayoría de las audiencias. El otro problema de la película es el estilo. Los papeles principales los interpretan tres actores que han trabajado juntos durante 15 años: Alan Shearman, Ron House y Diz White. Sus créditos incluyen la revista «El Grande de Coca-Cola» y realizaron una versión teatral de «Bullshot» en Londres y San Francisco. Lo extraño es que parecen haber crecido en su carácter hasta tal punto que parecen más bien perdonarlos; no hay esa alegría perversa que deberíamos sentir debajo de la superficie de una actuación satírica, ya que el actor envía gentilmente al personaje a su destino.
La trama de la película involucra los ingredientes habituales: un científico excéntrico descubre una fórmula que cambia el mundo y sella la mitad en el relicario de su hija antes de ser secuestrado por el Conde von Bruno, un demonio que espera destruir Inglaterra. La niña llama a Bullshot Crummond para que la ayude a salvar a su padre y, por supuesto, Bullshot se enamora instantáneamente de la niña y emprende la búsqueda.
Le monde de Crummond est composé de majordomes queruleux, de copains fidèles, de danses du thé, de courses automobiles de Londres à Brighton et d’une haine brûlante pour le comte (qui était son ennemi juré quand ils volaient tous les deux des as dans la primera Guerra Mundial). Todas sus hazañas dependen de improvisaciones increíbles frente a pifias monumentales, y la mejor escena es aquella en la que Bullshot y la niña son sellados en concreto hasta las rodillas y colocados en una cámara que se inunda y luego es invadida por un pulpo. Bullshot es interpretado por Alan Shearman, cuya aguda belleza es perfecta para el papel, pero interpreta al personaje con un cierto desprendimiento estudiado, como si no fuera tan tonto como Crummond. Pena. Material como este es tan loco, tan intencionalmente inverosímil, que a menos que los actores lo interpreten con un abandono imprudente, se siente extraño, no divertido.
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