Celia es el ama de llaves de Martin. De hecho, no necesita un trabajo para mantenerse. Es su forma de entrar en la vida de Martin. Ella misma es fotógrafa. Sus paredes están cubiertas de fotos de Martín. Su relación es espinosa y está marcada por la ira; tal vez Celia aprecia el borde de cada conversación.
Un día, Martin, para su asombro, hace un amigo, Andy, que trabaja en el restaurante. Empiezan a salir juntos, lo que ofende a la posesiva Celia.
Y así, los patrones de vida establecidos desde hace mucho tiempo de Martin comienzan a cambiar, ya que Celia usa su sexualidad como un medio para controlar a los dos hombres.
El final de la película es una liberación de la tensión reprimida, un atractivo debido a todas las facturas emocionales que Martin nunca estuvo dispuesto a pagar.
Y todo vuelve a esta foto que tomó del jardín: ¿su madre le estaba mintiendo o no? «Proof» es una película debut australiana, escrita y dirigida por Jocelyn Moorhouse, quien tiene la habilidad de crear personajes interesantes por quienes son. La película no depende de una trama artificial ni de sorpresas fabricadas. Simplemente nos presenta a Martin, Celia y Andy, y la situación que Martin creó cuidadosamente para sí mismo, y a medida que desarrollan sus juegos de poder y control, nos quedamos completamente absortos.
Martin, interpretado por Hugo Weaving de rostro tenso y rígidamente controlado, es un hombre original, un hombre que se ha protegido tan completamente de la posibilidad de una lesión que cortó la posibilidad de sentir.
La necesidad de Celia por este tipo de hombre es lo más interesante de ella. Andy es un hombre inocente comparado con los otros dos.
Moorhouse tiene una forma de colocar todas las piezas en su lugar para una escena, por lo que vale la pena de formas que no podíamos anticipar.
Observe, por ejemplo, la escena en el parque, cuando Martín no se da cuenta de que los demás están ahí. Su cámara se convierte en la ocasión de la comedia al principio y de un resultado inquietante después. O mira cómo Moorhouse usa esa peculiar foto del jardín que puede estar vacío o no.
Si hay un género cinematográfico que me gusta más que otro, es este género, la observación cuidadosa de vidas particulares, quizás porque explota al máximo el potencial voyerista del cine. Aquí no hay gente buena o mala, solo personajes impulsados por sus necesidades e inseguridades en una situación en la que algo debe ceder. ¿Qué podría ser más interesante?