Que de Series Peliculas Taiga, parte 1 reseña de la película y resumen de la película (1995)

Taiga, parte 1 reseña de la película y resumen de la película (1995)

¿Por qué Ottinger nos muestra el proceso con tanto detalle? Debido a que su película no quiere hablar, «las albóndigas son un plato favorito de los mongoles»; quiere decir: «Así es exactamente como estas personas crían, cuidan, sacrifican, visten, preparan, cocinan y sirven a un animal, y cómo la comida sirve tanto para un propósito ceremonial como familiar». Después de ver esta película, podría hacer bolas de masa al estilo mongol, y tal vez lo haga.

Esta gente, que vive de la tierra, usa todo. Sus rebaños les proporcionan un suministro abundante de leche y, casualmente, la película muestra de cuántas formas la usan. En varias ocasiones los vemos elaborando té con leche salada, requesón, yogur y licor de leche. A continuación, asistimos a una caja de leche utilizada para una ingeniosa barbacoa: las piedras se calientan al fuego, luego las piedras calientes y los trozos de carne se colocan en la caja, que se retuerce para formar una especie de olla a presión.

Una racha involucra un combate de lucha local. Lo que es notable es lo bondadoso que es, mientras los luchadores se pavonean con sus uniformes caseros y luego compiten entre sí, y su público se arrodilla en un ring, absorto. No hay aplausos para el ganador, sino más bien gestos con la palma hacia arriba, como para indicar que el campeón se ha elevado por encima de lo normal.

La temporada está llegando a su fin, y las tribus desmantelan sus yurtas y las cargan, junto con todas sus otras posesiones, en bueyes, para el viaje a los cuarteles de invierno.

Lo que se me ocurrió mientras veía la película es que el tiempo no pasa para estas personas. No preguntan a dónde fue el día, porque estaban a su lado. Se respetan entre sí y se respetan a sí mismos, son profundamente corteses, viven en armonía con la tierra, y aunque su vida nos parezca dura, no son vidas infelices, porque todo tiene un propósito y la meta es clara de ver.

Si te embarcas en esta experiencia épica, deja tu reloj en casa. Es una película larga y lenta. No hay narrador que dé banalidades sin aliento. No hay lindas tomas de reacción de niños sonrientes o abuelas arrugadas. No adorables cachorros. Sin clichés sobre la simple nobleza de estas antiguas tribus. Sin embalaje documental. Ulrike Ottinger fue invitada a la vida de estos pueblos y pasó mucho tiempo mirando y escuchando, luego hizo una película sobre lo que vio y escuchó. Vale la pena hacerlo y el viaje.

Deja un comentario

Related Post