Eventualmente se vuelve absolutamente necesario que la gente vea a Cutty, por lo que Laurel recluta las habilidades de un amigo que es un imitador de celebridades y aparece en funciones públicas como un hombre blanco. Pero no es un hombre muy interesante o simpático. Lo que a la gente le encantaba de «Tootsie» era Tootsie: su moxie, su personalidad, su ingenio. No fue el truco de la trama travesti lo que hizo que la película fuera un éxito.
En el camino hacia su desagradable tercer acto, «The Associate» obtiene buenos puntos contra la jerarquía del mundo empresarial dominada por los hombres. Vemos a Laurel entrenando a un hombre (Tim Daly) que obtiene el ascenso que se merece. Vemos a Daly llevando clientes a un club de striptease y haciendo tratos a las 3 a.m. después de enviar a Laurel a casa. La vemos renunciar a su trabajo por disgusto y abrir su propio negocio. Y nos encanta la relación que tiene con su nueva secretaria (Dianne Wiest), otra mujer inteligente perdida en las entrañas del poder masculino.
Incluso nos divierten un poco los elementos de la trama, que involucran a Laurel dirigiendo sus propios consejos sobre acciones a través de la inexistente «Cutty» y engañando a todos, incluso a los inversores experimentados. Pero eventualmente, el monstruo que ella creó se sale de control (“Incluso cuando creo al hombre perfecto, él termina apuñalándome por la espalda”). Y Laurel debe crear un Cutty «real» para recuperar el control de la situación.
Dustin Hoffman hizo semanas de pruebas y casi se da por vencido por la desesperación antes de finalmente encontrar la apariencia adecuada para su Tootsie. Robin Williams, como la Sra. Doubtfire, no fue tan convincente como Hoffman, pero se salió con la suya. Mr. Cutty de Goldberg, hecho de látex y maquillaje, se ve muy extraño. Tal vez Goldberg quería interpretar a un hombre blanco solo para demostrar un punto, pero si hubiera convertido a Cutty en un hombre negro, podría haber hecho un comentario más provocativo, y probablemente se vería más convincente al mismo tiempo. Incluso eso no habría salvado la película. Tiene mucho corazón en sus escenas entre los personajes de Goldberg y Wiest, pero la mayor parte del resto de la trama es mecánica: una comedia de situación, una payasada, una identidad equivocada y escenas extrañas en las que las mujeres intentan seducir al Sr.Cutty mientras sospechamos que en la vida real lo que le susurraban al oído sería el nombre de un buen dermatólogo.
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