Que de Series Peliculas Reseña cinematográfica y resumen cinematográfico de Final Cut (2004)

Reseña cinematográfica y resumen cinematográfico de Final Cut (2004)

Williams lleva a este extraño perdedor a una especie de perfección en «The Final Cut» de Omar Naim, un drama de ciencia ficción de mal humor. Interpreta a Cutter, un hombre que edita recuerdos. En un tiempo indefinido que se parece al presente, es posible adquirir Zoe Implants: chips en el cerebro que registran todo lo que ves, oyes y dices. Después de su muerte, un cortador puede editar los aspectos más destacados de sus recuerdos en un video de dos horas llamado Rememory, que sus amigos y familiares pueden ver.

Por supuesto, un cortador lo ve todo. Conoce cada secreto, es testigo de cada pecado, observa cada mentira. Pero un buen cortador, como un buen mortero, da a las cosas la mejor cara posible. Alan Hakman, el personaje de Williams, es el mejor: «Los muertos no significan nada para mí», dice. «Acepté este trabajo por respeto a los vivos». Un rival Cutter lo expresa con más claridad: «Si no puedes soportar verlo, lo hará». Y otro dice: «Él es el primero en la lista en cortar bolsas de basura y maleantes». Es, dicen a sus espaldas, un devorador de pecados.

Vive solo y pasa la mayor parte del tiempo en una habitación con sus máquinas de corte. Un amigo se desespera por apartarla de su trabajo y le dice: «Eres como un mago, o un sacerdote, o un taxidermista». En su mayoría parece un taxidermista, quitando las partes podridas escondidas dentro de sus sujetos mientras mantiene la cubierta exterior en su forma ideal. ¿Qué piensa de los horrores que presencia, las cosas terribles que elimina de sus recuerdos? No se sabe. Ni siquiera sabemos si le gusta su voyerismo.

Se ve triste y cansado la mayor parte del tiempo, como los ángeles de «Wings of Desire» que ven y saben todo. Se compadecen y envidian a sus humanos, se compadecen de sus debilidades y los envidian porque viven en el tiempo, no en la eternidad. Es imposible decir cómo se siente Alan. Por supuesto, no tiene vida propia, aparte de su trabajo, que consiste en recuerdos de otras vidas. Recordé el documental “Cinemanía”, unas cinco o seis personas planificando sus días para pasar cada momento de vigilia viendo una película. Sus vidas enteras, y la de Alan, son por poder.

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